Noviembre
Ahora
que el invierno extiende
con
revuelo de hojas y tardes
el
lento trajín de unos meses
espesos,
domésticos, graves
y
en tiempo oscuro de sartenes
el
fuego de la memoria arde
-un
presentimiento de nieve
vistiendo
de silencio el aire-
y
el cielo por lucir enciende
en
el techo alto de las calles
un
suelo pisado de andenes
y
el viejo arte de vivir parte
a
un destierro de días breves
que
el tedio hace interminables...
(De Cien lecciones de cosas)
Notas
1 Que dieran un cupo de
palabras a cada hablante y al no poder bajo ninguna circunstancia sobrepasarlo
las fueran estos ahorrando, como el dinero, para el día de mañana, de ahí la
necesidad de ser parcos al hablar, y de recurrir a los gestos o a los nombres y
verbos más escuetos e imprescindibles... Y que hubiera por eso mismo alguna
tienda o mercado clandestinos de compraventa de palabras.
2 Una sombra con ojos que llama por las noches a la
puerta.
3 Huyendo de la propia
vida... Quiere despojarse de ella, borrar el pasado y que no quede ni rastro de
su persona. Que nadie le reconozca, ni él mismo cuando se mire en el espejo.
Así
hasta no acordarse ni de su nombre.
4
Dice que ya no sabe escribir, se le ha
olvidado, que lo ha intentado muchas veces y que ya ni siquiera se acuerda del
alfabeto, que escribe y solo le salen garabatos.
5 La vejez, aconseja Cicerón, es el tiempo de retirarse y vivir con uno mismo.
6 Leonardo da Vinci -lo recuerda y anota Cunqueiro- quería, mediante sus máquinas
voladoras, traer nieve desde los Alpes, en los días calurosos del verano, y
dejarla caer sobre las ciudades, para refrescarlas.
7 Los periódicos hay que empezarlos por el final, y pasar las hojas al revés, de
atrás hacia adelante: es la única manera de leer primero las noticias
importantes.
8 Llegar a una casa donde no te espera nadie y marchar sin que nadie te despida.
9
Frente al disparate, la mentira y el vocerío humanos, la dignidad de la
naturaleza -el árbol, la piedra, la lluvia- y la calma de las cosas -el vaso,
la silla, el libro-, siempre prestas, una y otras, a servirnos bien.
10
Firmar al fin las paces con uno mismo.
Una mujer articula palabras que no tienen significado, y cuando se cansa de mover los labios hace señales para querer escribir, y mueve el bolígrafo, y solo le salen garabatos.
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