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lunes, 24 de junio de 2019

Se acabaron los suspensos

Primero fue el sistema numérico, o sea el del 0 al 10, el que dejó de servir. Era el que se había empleado toda la vida, pero se conoce que a algunos de los mandamases de entonces, principios de los años setenta del siglo pasado, les acometieron los pujos de la modernez y hala, a inventar nombres.
Conque aprovechando el alumbramiento de la EGB, en la que abrevaron las generaciones anteriores a la ESO, sustituyeron las cifras, más dúctiles y permisivas, pues consentían escalones intermedios (4,5, 7,5...), por letras, que no admitían matices. De este modo, el Muy deficiente desterró al 0 patatero, y de paso también al 1, el Deficiente engulló al 2 y al 3, el Insuficiente (bajo o alto, puntualizaban los profesores en las sesiones de evaluación) absorbió al 4, el 5 rascado se quedó en un Suficiente justo, el 6 pasó a ser un Bien, el 7 y el 8 ocuparon las difusas fronteras del Notable, el Sobresaliente adquirió los derechos del 9 y el 10 se reservó para la Matrícula de honor.
Vino luego la LOGSE y con ella los pedagogos, que en cuanto tuvieron mando y despachos se pusieron manos a la obra de llamar a las cosas por otros nombres. Cuanto más uniformadores mejor, como el famoso "Progresa adecuadamente" de la enseñanza primaria, que se llevó la palma en lo de anular diferencias (para los malpensados, igualar por abajo).
La llama que no cesa de los eufemismos, atizada por el empeño de los políticos en disfrazar el fracaso escolar, llega este curso en Cataluña a la enseñanza secundaria. Con la llamativa novedad de que los suspensos (palabra ya en desuso, lo mismo que aprobado) tendrán todos, sin distinción, la misma nota: "No assoliment" ("No consecución", de los objetivos, se supone).
Se empieza por cambiar el nombre y se termina por modificar o suprimir lo que designa.

   (La Razón, 17 de junio de 2019)

lunes, 17 de junio de 2019

Viajar

Colas de turistas  (y 11 muertos) para subir a lo alto del Everest, colas de visitantes para entrar en los museos, colas de viajeros en los aeropuertos. 
Viajar como si fuera  una obligación. Y a los mismos sitios, y por las mismas rutas señaladas, y todo programado.
Llegar, ver y fotografiar. Como si lo importante no fuera mirar sino haber estado allí.  Retratarse delante de un monumento y propagarlo al instante por el móvil para que todo el mundo tenga constancia. Que no se escape nada de lo que viene en las guías, que se pueda luego presumir en el trabajo y con las amistades de no haberse perdido ni un rincón.
Tener todo el día ocupado, sin un resquicio: ahora un museo, luego una ruta gastronómica, a continuación un garbeo por el barrio que sirve las mejores tapas, más tarde una incursión en lo étnico y cultural,  finalmente una travesía por las zonas del ocio y el esparcimiento nocturno... Que ya lo dijo Samuel Eto'o, el exjugador del Barcelona: "Si descanso, me canso".
Viajar, sí, que despeja la mente y airea el entendimiento y cura muchos males, pero de otra manera, más reposada y sin tantas pretensiones. Recorrer despacio las calles para ver pasar la vida y atisbar los afanes de las gentes. Buscar sitios que no vengan en las guías, visitar las ciudades que pasan desapercibidas en los mapas del turismo y conservan una pizca de lo que eran antes. Conocer pueblos pequeños donde no vaya nadie y se pueda andar tranquilo por el campo y perderse uno solo si quiere por los montes, pueblos sin rotondas pero con vacas y con pájaros,  pueblos donde viva gente que cuando llegan dos días de fiesta no tenga ganas de ir a ningún sitio y prefiera quedarse allí en su casa sin hacer nada,  descansando o aburriéndose  porque es donde está más  a gusto...

   (La Razón, 10 de junio de 2019)

lunes, 10 de junio de 2019

Barcelonas

Lo que daría uno por poder asomarse alguna vez al pasado, aunque fuera solo  por poco tiempo, lo justo para ver pasar la vida en un día cualquiera de una ciudad cualquiera. Barcelona,  por ejemplo,  un domingo como el del pasado 26 de mayo, por señalar una fecha destacada del calendario, con un tiempo de primavera que daba gloria (lució el sol por la mañana y por la tarde nos bendijo la lluvia) y los barceloneses acudiendo civilizadamente a los colegios electorales. 
¿Qué harían ese último domingo de mayo nuestros antepasados? Los de la Barcino romana, que tenían teatro, circo, foro y termas pero no murallas, de ahí que fuera destruida en el siglo III por los invasores francoalemanes; los de la Barcelona visigoda y cristianizada que en el siglo VIII se doblegó a la ocupación musulmana; los de la Barcelona, ciudad condal incorporada al imperio carolingio, que allá  por el año 1000 se acercaba a los 20.000 habitantes; los de la Barcelona medieval del Consell de cent y de los gremios que era ya puerta abierta al Mediterráneo...
En todas esas Barcelonas, y en las que vinieron después, la de la actividad menestral y mercantil, la que una vez derribadas las murallas llegó a los 115.000 habitantes a finales del siglo XVIII, ¿cómo vestirían, en qué emplearían su tiempo, cuáles serían sus preocupaciones, de qué hablarían, y en qué lenguas? Y lo mismo en la Barcelona fabril e industriosa de la época del Ensanche que no tardó en absorber los pueblos colindantes (Sants en 1885, Gràcia, Sant Gervasi, Les Corts, Sant Martí y Sant Andreu en 1897, Horta en 1904, Sarrià en 1921), y en la de los conflictos obreros de principios del siglo XX, y en la que por esa misma época empezó a convertirse en ciudad de acogida de inmigrantes venidos de otras regiones españolas y, posteriormente, de todas partes del mundo...

                        (La Razón, 3 de junio de 2019)

lunes, 3 de junio de 2019

Notas de lectura


1
"...equilibrado como el árbol entre el mundo de abajo y el mundo de arriba" (M. Yourcenar, Opus nigrum)

2
"...la tierra, que jamás se cansa ni enoja de comunicarnos sus bienes" (Fray Luis de León, La perfecta casada)

3
Cortesía
"Soñé que el ciervo ileso pedía perdón al cazador frustrado" (Nemer Ibn el Barud)

4
La prueba
"Si un hombre atravesara el Paraíso en un sueño y le dieran una flor como prueba de que había estado ahí, y si al despertar encontrara esa flor en su mano... ¿entonces, qué?" (S. T. Coleridge)

5
“Clásico no es un libro que necesariamente posee tales o cuales méritos: es un libro que las generaciones de los hombres leen con previo fervor y con una misteriosa lealtad” ( J. L. Borges, Otras inquisiciones).

6
"Siempre que observamos atentamente a un animal, tenemos la sensación de que en su interior hay alguien que se burla de nosotros". (E. Canetti)

7
"Tenga cuidado al leer libros de medicina: una errata podría matarle". (Mark Twain)

8
"Las diferencias entre un soldado, un obrero, un abogado, un ocioso, un sabio, un hombre de Estado, un comerciante, un marino, un poeta, un pobre, un sacerdote, son, aunque más difíciles de captar, tan considerables como las que distinguen al lobo, al león, al asno, al cuervo, al tiburón, al buey marino, a la oveja, etc." (H. de Balzac, prólogo a La comedia humana).

9
mariposa. Es un animalito que se cuenta entre los gusanitos alados, el más imbécil de todos los que puede haber. Este tiene inclinación a entrarse por la luz de la candela, porfiando una vez y otra, hasta que finalmente se quema. [...] Esto mesmo les acontece a los mancebos livianos que no miran más que la luz y el resplandor de la mujer para aficionarse a ella; y cuando se han acercado demasiado se queman las alas y pierden la vida. (Sebastián de Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española)

10
"Cuando sus pies dejaron ya la prisa, que resta dignidad a cualquier acto..." (Dante Alighieri, Divina Comedia, Purgatorio)

11
"...y no conoció nunca la vejez, que consiste en quedarse humillados en un rincón llorando el desmoronamiento del pasado". (Natalia Ginzburg, Léxico familiar)

12
"El viento, ese viajero vertiginoso que habla a los hombres libres en todas las lenguas de la tierra..." (Panait Istrati, El tío Anghel)