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miércoles, 7 de marzo de 2018

Declaración de bienes


Tengo una infancia a la que casi todos los días vuelvo un rato.
Tengo una mesa al lado de la ventana donde da el sol.
Tengo algunas ideas en que pensar.
Tengo tantos libros por leer que no voy a poder acabarlos todos.
Tengo sesenta y cinco años.
Tengo un atlas, y por él viajo las tardes de los domingos que se hacen largas.
Tengo las lecciones del campo que aprendí de niño.
Tengo tiempo.
Tengo la ilusión de escribir alguna vez un verso que reciten los niños en la escuela.
Tengo una caja de esperanzas que aún no he abierto.
Tengo una colección de lápices comprados en las tiendas de los museos y otra de palabras viejas que he ido recogiendo por los libros y las calles.
Tengo cosas que contar.
Tengo un cayado de pastor para andar por los caminos del monte.
Tengo memoria.

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