E
edad. Ha llegado
uno a esa edad en que los placeres son modestos (también molestos) y fugaces.
efervescente.
¡Cómo no va a desprender burbujas y estar agitada, con la e borboteando en cada
una de sus cinco sílabas!
égloga.
Suene el caramillo, rasguee el rabel, entone el pastor y retumben sus lamentos
por valles y majadas.
elefante.
1 El elefante barrita: “Anoche no me dejaron dormir los barritos de los
elefantes”, se quejarán los habitantes de la selva, como nos quejamos en la
aldea de los perros, las noches en que, dicen, barruntan a los lobos. 2 Cada
noche, los elefantes les ponen un nombre nuevo a todas las estrellas del
firmamento, sin repetir nunca ninguno, y eso es lo primero que deben aprender
los más jóvenes si quieren ser admitidos en la manada; y cuando, gastada la
edad, presiente alguno que está llegando ya el final de sus días en la tierra,
se entrega sin descanso a la tarea de recordar todos los nombres que a lo largo
de su dilatada vida le han impuesto los suyos a las estrellas, una por una y sin
equivocarse, porque solo así se irá en paz al otro despertar; y así, en efecto,
apacible y sosegadamente se van siempre: tan grande es su memoria.
empeine.
1 Encrucijada de caminos para el beso, que no sabe si continuar hacia abajo
hasta los dedos del pie o volver hacia arriba y visitar de nuevo los
territorios que acaba de explorar. 2 Literariamente hablando, punto anatómico
femenino muy poco aprovechado, dadas las facilidades visuales y el llano
acceso, en las escenas amorosas, que tienden a optar siempre por otros de mayor
prestigio.
endrino.
Ciruelo silvestre y su fruto, que tiene un saborcico austero.
enlazar.
En sentido ferroviario: El tren rapidillo de Bilbao que enlaza en Venta de
Baños con el expreso de La Coruña y Vigo...
ensimismado, da.
¡Quién fuera capaz de estar así cuando lo necesitara, desaparecido fuera y a
solas dentro de uno mismo sin cuidado ni quehacer!
envidia.
“Aquel que envidia es pobre porque le gustaría tener lo que no está a su
alcance; pero, quien no tiene ni desea tener, es rico; aunque lo tengamos por
campesino”. (G. Chaucer)
época.
No decir nunca: “la época en que me ha tocado vivir”.
eructo.
Comió tanto que en lugar de un eructo le salió un archiduque.
errata.
Al poeta Juan Ramón Jiménez le obsesionaban dos cosas: el ruido de los vecinos
y los errores de imprenta en sus libros: “Voy a morir un día de una errata”,
solía decir, sombrío.
escalón.
Basta con intercalar dos letras –nota musical, al revés- para subir en el …,
así de fácil es la carrera administrativa en el diccionario.
escaño.
En las cocinas de los pueblos, banco arrimado a la pared, cerca de la lumbre,
en el que algún miembro de la familia celebra diariamente el santo sacramento
de la siesta a la hora de la sobremesa.
escuela.
1 En los pueblos y aldeas que ya hace muchos años que no la tienen, aún oyen
algunos en sueños el griterío de los niños cuando al salir de ella corretean por las calles celebrando la libertad. 2 En estos
mismos pueblos y aldeas, ¿no hay escuela porque no hay niños, o no hay niños
porque no hay escuela? 3 No debería ser tan fácil que una escuela se convierta
en una secuela.
esfera.
En plural, y al contrario de los fondos (véase), son siempre altas, no bajas.
espectáculo.
Sin duda alguna uno de los más vistosos y emocionantes que se han visto en el
mundo, y el que, si pudiera escoger, me habría gustado contemplar por encima de
ningún otro es el del cortejo apresurado y variopinto de los animales acudiendo
a la llamada de Noé para entrar en el arca antes de que empezara a caer el
diluvio universal.
espejo.
1 ¿Y si un día al mirarnos en él viéramos una cara que nos es desconocida? 2
Tal vez no sepamos reconocerlos a simple vista, pero seguro que hay espejos que
se han quedado ciegos, o que apenas nos ven cuando nos miramos en ellos. 3 Lo
primero que vemos al mirarnos en el espejo son los ojos, los ojos del que nos
mira, nuestros propios ojos; pero a mí lo que me gustaría es verme con mis
propios ojos por detrás, mejor dicho, desde detrás.
esperar.
En silencio y pacientemente, como espera el bosque la primavera.
espíritu. ~de lucha, ~de sacrificio. ¡Qué manera
de lucir palabras para ser pretencioso y no decir nada!
estampa.
Las de los santos que se guardaban entre las páginas de los libros piadosos.
estrella.
1 El ruido que hacen, audible desde la tierra solo en las noches serenas, es la
única música que Dios escucha. 2 ¿Cómo se aguantan las estrellas en el cielo?
¿Están clavadas o es que alguien las está sujetando? ¡Cuántos niños se habrán
hecho estas dos preguntas!
estudiar.
Oído quizás en el autobús: “Tengo una amiga que va a estudiar Peluquería y
Letras”.
Mucha doctrina impartes a través del diccionario. !Títiro!, tú, recostado a la sombra de esa frondosa haya, meditas pastoriles cantos al son del blando caramillo.
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