M
madera.
Está hecha de una materia natural y es buena, confiada, noble y sin doblez.
maleta.
Había antes maletas que, de tanto viajar en tren, se equivocaban de estación. (Las
de hoy optan más bien por perderse en los aeropuertos.)
mandarina.
Mondarina, decía mi madre, corrigiendo con gracia y tino la forma de la palabra
de acuerdo con el fruto al que designa, tan fácil de mondar.
mano. 1
Dudaba entre poner la mano en el fuego o agarrarse a un clavo ardiendo. 2 Es la
palabra a la que más espacio y atención dedica el diccionario. Y nada tiene de
extraño: se valen también de ella los animales (muy en particular el elefante, al
que le sirve de trompa) y puede encontrarse a cualquiera de los dos lados del
que habla o trata de orientarse, en el mazo del mortero, en las paredes recién
pintadas (una sola o más de una), en los juegos de azar… La mano es capaz de
hacerse pasar por habilidad y tacto (con los niños, por ejemplo), por
influencia y poder (verbigracia en una empresa), teniendo en esto ventaja la
izquierda, particularmente si se trata de resolver con astucia situaciones
difíciles. Ser la mano derecha de alguien reporta quizá más beneficios que ser
mano de obra, y tenerla de santo para encontrar remedios eficaces cuando haya
necesidad es aún mejor que tenerla, habitual y simplemente, buena. Varía mucho
según sea el calificativo que se le aplique: mano blanda, mano diestra, mano dura,
mano larga, mala mano, de primera o de segunda mano… Del mismo modo es
diferente si se va por ahí con ellas cruzadas, vacías, llenas, con una en el
corazón o una sobre la otra, con una delante y otra detrás o con las dos en la
cabeza. Si dejar a alguien de la mano no está bien, peor es encontrarle luego
dejado de la de Dios, y acaso sea preferible que algo se nos vaya de las manos
a que se lo quitemos a otro de las suyas. Y si nunca está bien que dos lleguen
o vengan a las manos, más reprobable es untárselas a un tercero con ánimo de
obtener secretos beneficios; y si se ve uno obligado a lavárselas, que sea en
verdad porque no ve claro el asunto, no vaya a suceder que, por desentenderse y
no querer saber nada, se las aten por la fuerza al inocente.
mañana.
Esta de marzo, azul y, de tan clara, sin esquinas.
mapa.
Por donde viajan los niños (y los pobres).
mar.
Ver el mar fue durante toda su vida el sueño de mis abuelos, pero se murieron,
como tantos otros campesinos de su misma edad y condición, sin verlo cumplido.
Y eso que lo tenían en Ribadesella a 140 kilómetros por carretera.
marear.
Todavía hay personas que se resisten a viajar en automóvil porque tienen miedo
a marearse.
margarita.
Algunas margaritas silvestres se habían asomado entre la hierba para ver si
llegaba ya la primavera. Anoche bajó la helada y han amanecido hoy las pobres
con la cabecilla ladeada, el tallo tembloroso, diminutas, vueltos sus pétalos
abrasados al suelo, avergonzadas de su temprana temeridad.
mariposa.
Cuenta las sílabas de un verso y se posa en una flor, y así se pasa todo el
día, haciendo rimas.
máscara.
La cáscara con que se cubren algunas personas (véase cáscara).
médico.
Hasta hace un par de siglos, matasanos.
memoria. 1
El río de la vida. 2 Las veredas de la memoria son amarillas, el color del
tiempo viejo y olvidado. 3 La memoria, que es olvidadiza y en ocasiones
traicionera, porque no siempre está atenta y con demasiada frecuencia se
distrae…: por eso omite y descuida muchas más cosas de las que recuerda. 4 “Si
la memoria no me engaña…”: curiosa manera de quitarse la responsabilidad de
encima y echarle la culpa a otro. 5 ¡La memoria, que tantas ilusiones inventa
con el fin de consolarnos! 6 "Déjame en paz, memoria; no me cuentes mi
vida" (Miguel d'Ors, La imagen de su
cara)
meñique.
En el dedo meñique guardan las manos por la noche todas las caricias que no han
regalado durante el día (véase caricia).
mercado.
Sócrates, en la puerta del mercado de Atenas: “¡Cuántas cosas hay aquí que yo
no necesito”, y se marchó.
metáfora. Un ejemplo: el burro de un pastor atado a la puerta de una cantina.
metamorfosis. No cambian las montañas,
pero sí los ojos que las admiran; es el mismo cielo, pero no el cristal con que
se observa; andamos los mismos caminos, pero son otros los pasos que nos guían.
microrrelato.
Suspiro de relato. Se me han ocurrido así de pronto estos dos, Luna robada y El primer recuerdo. El primero es una variante de la entrada 2 de
luna (véase): Este era un niño que una tarde subió a
la montaña más alta y esperó allí a que saliera la luna. Y cuando llegó donde
él estaba, la cogió y la guardó en la mochila. A ver qué decían ahora en casa
cuando les pidiera algo, pensó. El segundo, como reza el título, podría ser mi
primer recuerdo: Recordaré siempre las primeras palabras que dije nada más
nacer: –¡Qué frío! ¡Con lo bien que se estaba ahí dentro!
miedo. 1
El de la gota de lluvia que se agarra desvalida con todas sus fuerzas a la rama.
2 El del hilo cuando se resiste a pasar por el ojo de la aguja.
miel.
La luz de color miel de las tardes de otoño.
milagro.
Solo los que han sufrido una desgracia creen, y por poco tiempo la mayoría de
las veces, en los milagros.
minuto.
Las horas pasan, los minutos marchan en fila india, los segundos huyen a la
desbandada.
mirada.
Esas que por discreción desviamos cuando a medio camino se encuentran con los
ojos de la persona a quien iban dirigidas, ¿adónde van, y quién las apaga del
todo?
misterio. 1
Por ejemplo: ¿quién descubrió el mar? Otro: ¿de qué color es el cristal con que
mira Dios las cosas? Y uno más: ¿quién mató a Caín? 2 La ciencia y la razón son
sus enemigas, y amenazan con enterrarle.
modestia.
Es tan modesta que nadie repara en ella, ni se acuerda de practicarla.
mojigato, ta.
La palabra en sí es simpática, y muy curiosa etimológicamente por cuanto es
fruto de la unión de mojo y gato, dos formas distintas de nombrar al mismo
animal. Se aplica a las personas de naturaleza en apariencia humilde y mansa,
pero en realidad astuta y traicionera, y no pareciendo bastante con mencionar
el nombre del felino una sola vez se optó por repetirlo, para que no hubiera
dudas al respecto y quedara bien claro el significado.
montaña.
Los huesos de la tierra.
monte.
El sol no se fía de los que andan por los montes y por eso de vez en cuando
aparta las hojas de los árboles con el dedo.
moño.
Límite –o
línea roja, como se dice ahora– de la indignación.
moquero.
Pañuelo para limpiarse los mocos.
morcilla.
Para buena, la reventona.
morir.
Morir durante un paseo solitario bajo la nieve, acaso sea esa una de las
maneras más dignas y bellas de pasar ese trance.
mosca.
Las de septiembre son las más impertinentes y ofensivas porque se saben las
últimas de la estirpe.
muerte.
1 Lo más terrible de la muerte es la certeza absoluta de que nunca nadie nos
contará cómo nos sobrevino, ni lo que se dijo de nosotros después. 2 La fecha más
trascendental de nuestra vida, que jamás sabremos. 3 Con qué naturalidad y
despreocupación hablamos de ella cuando no nos atañe, ni a los nuestros. 4 Ese
hueco inquietante y esa cifra desconocida en el paréntesis que póstumamente
resume una vida (1952- ). 5 “…pero más
intensa es la muerte, la alta recompensa de la vida” (J. Keats).
mujer. Sostiene
un amigo que, a una determinada edad, lo que más aprecian los hombres en las
mujeres no es ya la belleza sino la bondad.
mula.
Es terca por no dejar en mal lugar al dicho (véase terco, ca).
muletilla.
La mula, para sostener la carga; la muleta, para apoyar el cuerpo; la
muletilla, para aguantar el tejado de la conversación.
mundo. 1
El mundo hay que mirarlo cada día con ojos nuevos. Ya lo dijo el poeta John
Keats: “La costumbre corrompe toda dicha”. 2 No decir nunca: “el mundo en el
que nos ha tocado vivir”. 3 ¿Cómo quedará el mundo cuando hayan sucedido en él
todos los acontecimientos?
murera. Pequeño
montón de tierra que en sus ratos de entretenimiento levantan los ratones en
los prados o el pasto (de mur, nombre antiguo de ratón, del latín mus, muris,
de donde también musgaño, murciélago, propiamente “ratón ciego” y musaraña,
“ratón araña”).
musaraña.
1 Animalejo muy parecido al ratón. Etimológicamente, “ratón araña”, por la
creencia popular de que su mordedura es venenosa como la de la araña. 2 Nubecilla
que imaginamos en el aire o que se pone ante los ojos, muy útil para distraer
la atención.
musgaño.
Pequeño mamífero insectívoro, parecido a un ratón (véase murera).
música.
Un espino en primavera alborotado de ruiseñores al atardecer.
Amplio el contenido del profesor y de la M. Es más fácil mondar una mondarina que mandar. Casi todos los abuelos no llegaron a ver el mar y por eso nos toca contárselo. A propósito de morirse, decía un tipo, el problema no es morirse, sino el tiempo que estarás muerto, aunque si te mueres entre la nieve sigues conservando el tipo, al menos hasta que se derrita.
ResponderEliminarMe encantaría poder conseguir tu libro y conocerte
ResponderEliminarSoy de Taranilla y cada palabra que has escrito lo podría haber hecho yo si hubiera tenido el don de las palabras. Tu libro ha caído en mis manos prestado de casualidad y me encantaría tenerlo para abrazarlo y sentir en contenido que se aloja en el. Gracias
ResponderEliminarSoy Maria de Taranilla. Ha caído tu libro en mis manos y es maravilloso. Lamentablemente me lo han prestado y me gustaría tener uno, porque veo mi infancia en el, a mi madre, mis tías, mis vivencias y la razón de ser como soy y no de otra manera . Seguro que conociste a mi madre y a mis tías en las fiestas de juventud. Como me gustaría poder charlar contigo
ResponderEliminarSoy Maria de Taranilla. Ha caído tu libro en mis manos y es maravilloso. Lamentablemente me lo han prestado y me gustaría tener uno, porque veo mi infancia en el, a mi madre, mis tías, mis vivencias y la razón de ser como soy y no de otra manera . Seguro que conociste a mi madre y a mis tías en las fiestas de juventud. Como me gustaría poder charlar contigo
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