"No hay un planeta B", alertaba una pancarta de los jóvenes que
se manifestaron hace un par de semanas en todo el mundo para clamar contra el
cambio climático y pedir a los políticos que se dejen de palabrerías y
monsergas: está en juego la vida en la
tierra. "Ni un grado más, ni una especie menos", exigía otra.
Llevan toda la razón, porque suyo va a ser este mundo
que agoniza, y ojalá la mecha de estas protestas prenda con fuerza y los niños y
adolescentes de hoy dejen un planeta mucho más limpio y respirable del que ellos han heredado.
No lo van a tener fácil desde luego, y basta con
echarle un vistazo cada día a las noticias. Esta, por ejemplo, de no hace mucho: "El Pirineo perderá la mitad de la nieve en 30
años". Con las consecuencias que esto acarreará: la mengua de los ya
escasos glaciares (19, el resto son neveros), el avance del bosque hacia zonas
cada vez más altas, el desplazamiento de algunas especies y la amenaza de otras
invasoras... Algo que, a tenor de las bondades climáticas de esta temporada,
bien parece que vaya a suceder, porque terminó ya el invierno y los días de
nieve se han podido contar con los dedos de una mano.
¿Dónde están las nieves de antaño? Las que marcaban un
hito en el calendario, como el de 1962 en Barcelona... ¡Diez años, desde 2009, llevamos
los barceloneses sin ver nevar! Diez años sin la maravilla de los copos cayendo
poco a poco, con el tiempo detenido y la naturaleza en litúrgico silencio. El
silencio de la nieve, que es el más solemne de todos, y tan antiguo como el del
sueño que cierra los párpados y el de la sombra que tiende las noches...
¿Pasará con la nieve lo mismo que con las galas del pasado y las golondrinas del poeta?
(La Razón,1 de abril de 2019)
Cuando la nieve no quiera volver,tomaremos tu novela "ver nevar" y recordaremos como era la nieve.
ResponderEliminarMe encantan los minutos que paso leyendo lo que tan guapo escribes cada lunes!!!
ResponderEliminarPor pura casualidad ha caído en mis manos el libro "AÑOS DE GUARDAR". Y he de confesar que me lleva a mi infancia con total exactitud: la vida de vecero, la visita de los misioneros, la llegada de la TVE ... solo llevo 50 páginas. Comparto por edad y lugar las mismas vicisitudes que el autor. Si es posible me gustaría tener mas datos o el propio correo del autor para poder dirigirme a él y hacer notar mis apreciaciones. (Hasta lo del profe de instituto coincidimos). Recibe, David, un saludo de admiración.
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado el libro, y gracias por el comentario. Mi correo es ver.nevar@gmail.com
ResponderEliminarUn cordial saludo.