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miércoles, 10 de agosto de 2016

De lobos y otras cosas

Andando estos días por los montes del pueblo, en los que dicen que de vez en cuando se deja ver algún lobo, me he acordado de lo que decía Álvaro Cunqueiro, que el lobo, antes de establecerse en un monte, lo consulta siempre con el roble más viejo de la comarca, lo que hace suponer que existe o existía una lengua que conocían a la vez el lobo y el roble, lengua que bien podría ser la que permitió a Noé comunicarse con los animales en el arca, y a estos entre sí; por cierto que el único que al parecer no obedeció sus indicaciones fue el cuervo, y por eso le mandó a explorar la tierra, a ver si todavía la cubrían las aguas o había ya algún sitio escurrido, cuando el arca se posó en el monte Ararat. (Y recuerdo ahora también de lo que leí la semana pasada en los periódicos, que 'Lobo' será admitido como nombre en el registro civil, es decir, que podrá haber niños que se llamen Lobo; nada se decía en la noticia sobre el femenino, Loba).
Y ahora que están celebrándose los Juegos Olímpicos, esta nota del mismo Cunqueiro:
"A nadie le darían en la China imperial un premio por su rapidez en ascender una montaña, sino todo lo contrario, por la más tranquila ascensión, contemplando árboles, fuentes, nubes, el río que discurre allá abajo, y el milano que vuela de cumbre a cumbre. Pasear y echar cometas al aire fueron los dos únicos deportes de aquella sociedad, sin duda exquisita, que evitaba por encima de todo, por exigencias espirituales y morales, la fatiga".
('De Olímpicos hispánicos', SG, 18/2/1976, en "Los otros rostros")

1 comentario:

  1. Si te encuentras con algún lobo en tus subidas al Pico de las Palabras, pregúntale por su nombre, y si nó le gustase el nombre que figura en su partida de nacimiento díle que se lo puede cambiar por: Aitor, Thiago, Lukas, etc.

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