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miércoles, 17 de agosto de 2016

De ayer

Revivo con mucha frecuencia, cada vez más, los años últimos de la niñez y de la primera adolescencia… El pueblo era nuestro mundo, el único que conocíamos y en el que casi podría decirse que éramos felices. Pero había otro mundo, lejano y desconocido, del que
–estábamos seguros– algún día formaríamos parte. De dónde nos venía esa seguridad es algo que nunca he logrado explicar.
Nuestros abuelos y nuestros padres, y así hasta no sé cuántas generaciones atrás, habían nacido en el pueblo y nunca habían salido de él. Ni siquiera se lo habían planteado. Muchos, incluso, vivían toda su vida en la misma casa en la que habían nacido, y en ella morían. Atados todos de por vida a la tierra, permanecían en ella resignados para siempre a sus pequeños destinos. Lo porvenir se presentaba a sus ojos como un camino llano y acaso sinuoso pero uniforme, sin acontecimientos ni sorpresas previsibles.
Morir uno donde ha nacido: a qué pocos les es dado hoy este privilegio. (Si es que lo es, un privilegio, que no estoy muy seguro, pensándolo bien.)
Todos los habitantes de estos pueblos –y no solo de estos- llevaron siempre una vida sencilla, tal vez algo monótona, alterada únicamente por emociones pequeñas y sucesos menudos. Apenas había cambios en ella, y si los había eran muy lentos y no demasiado perceptibles. Acompasaban los trabajos y los días de su existencia al discurrir tranquilo y despacioso de las estaciones. El mundo estaba muy lejos y las cosas que pasaban en él y que escuchaban por la radio apenas tenían que ver con sus preocupaciones. Las modas y otras costumbres pasajeras rara vez llamaban a sus puertas. Viajaban poco, solo por necesidad; los hombres algo más, cuando los llamaban para cumplir el servicio militar; las mujeres, si acaso alguna vez a la cabeza de la comarca o a la capital de la provincia, para mirarse la vista o cualquier otro requerimiento de la salud.
Luego las cosas cambiaron, a partir de mi generación especialmente. Todos albergábamos la esperanza de salir. Estábamos seguros de que nos aguardaba otro destino que no fuera arar las tierras y guardar el ganado. Teníamos reservado un sitio en otro sitio, no sabíamos dónde, un sitio mejor… El mundo estaba abierto y nos esperaba, el mundo crecía y nos necesitaba; la tarea que se nos había asignado nos brindaría la oportunidad de prosperar, la ilusión de una vida distinta y ajustada a nuestras aspiraciones y cualidades no tardaría en hacerse realidad.
Los años de estudio no eran sino el primer tramo para llegar a la meta, un escalón inevitable en el ascenso; cada curso era un paso que acortaba la espera.
Dábamos por supuesto un porvenir mejor, confiábamos ciegamente en la benevolencia del destino.
Y sí, nos fuimos con la maleta al hombro y el propósito más o menos firme de ir preparando nuestro lugar en el mundo.
Aplícate bien en los estudios, nos decían en casa al despedirnos.
Sin estudios no llegarás nunca a nada.
Un hombre sin estudios tiene todas las puertas cerradas.
Los libros, agárrate a los libros y no los sueltes.
Estudia, si quieres ser alguien el día de mañana.
Ahora sabemos que tenían razón: los libros fueron el salvoconducto que nos facilitó la entrada, el pasaporte gracias al cual esquivamos algunos trámites y transitamos con menos trabas de un lugar a otro. 

2 comentarios:

  1. Ya he finalizado tu ultimo libro. Te felicito. Con este libro, consigues transmitir emociones, sentimientos, hacerme recordar lugares tambien conocidos para mi y situaciones, asi como palabras, palabras, palabras, mucho vocabulario.....Hay una trama, tambien interesante para mantener "engrescat" al lector. Para los que te conocemos no dejamos de encontrar tu tono melancólico , algunas situaciones del protagonista nos son muy familiares , pero al alternar el relato dentro del diccionario (memoria es fantástica) con la vida diaria, le da un toque original.
    Algunos nombres de los protagonistas muy comunes no son, supongo que lo has hecho a proposito y nos dejas con la intriga de lo que realmente le sucedió a la profesora.
    De nuevo, felicidades, espero que puedas encontrar otra idea, trama, desenlace para otra novela.......

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