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jueves, 9 de marzo de 2017

Diccionario de un leído de aldea

anacronismo. Un monje hablando por el móvil en el claustro del monasterio.
analogía. Correspondencia, parecido o semejanza entre dos cosas; por ejemplo, la que establecía la filosofía antigua entre la sangre del cuerpo humano y los ríos, la vejiga y los lagos, el recto (con los humores viscerales) y los mares.
andar. 1 Andando, siempre andando, el modo más limpio de ir a los sitios, la manera más entretenida de ver pasar las cosas y la vida. 2 Andar, ir, marcharse… Acaso sea esa la única meta, el único fin, el único destino de todos los viajes, incluido el de la vida.
andarín, na / andariego, ga. Dan ganas de salir a los caminos, para que le apliquen a uno cualquiera de esas dos palabras.
ángel. 1 Cuando en una conversación se hace de repente un silencio completo es que pasa uno. 2 Tienen por oficio y ministerio venir a la tierra con los mensajes del cielo, pero no a la inversa, que para eso está el rezar, motivo por el cual vuelven habitualmente de vacío. año. No son los años los que hacen daño.
apacentarse. Alimentarse en paz.
aparente. Apropiado, adecuado: ‘Tenía una cachava la mar de aparente para andar caminos’.
apicultor. Según la tradición, el apicultor, la noche anterior a la recogida de la miel, no puede estar con una mujer.
aprender. “A ver qué aprendo hoy”, se decía a sí mismo todas las mañanas al despertar, y con esta idea en la cabeza salía airoso de casa. Y volvía por las tardes pensando que tenía que poner por escrito todo lo que la vida le había enseñado, que unos días era mucho y otros, poco. (Pero le solía ocurrir que, al coger la pluma, se daba cuenta de que lo había olvidado casi todo.)
aquí. ¿Qué hacemos aquí que no estamos en otra parte?, dijo alguien.
arándano. 1 Tesoro morado de la memoria infantil oculto entre brezales. 2 No todo el monte es arándano.
árbol. 1 Seccionamos con saña su corazón cuando lo cortamos, y no se queja. 2 De los seres vivos, el más indefenso y el que no se protege ni ataca (solo y tímidamente el acebo, el rosal silvestre y el espino albar) cuando se le hace daño o se le hiere.
arder. Arder en un deseo, no importa cuál sea.
ardilla. Le arde la cola, de ahí su nombre.
armario. En su origen, donde se guardaban las armas. 
armonía. La que, espontáneamente y sin previa elaboración, forma la ropa tendida al sol.
arquitectura. Ninguna más innovadora y original, ninguna que haga tantas probaturas y ensaye tantos estilos como la del humo cuando sale de la chimenea.
arrebol. Preciosos los del rostro y los del atardecer en las nubes: “arreboles, mañanas son con flores”.
arriscado, da. ¡Qué arriscado o arriscada!, se dice de la persona de apariencia gallarda y temperamento simpático. 

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