Seguidores

lunes, 11 de abril de 2016

Formas de rematar la conversación

Son múltiples y variadas las expresiones y fórmulas lingüísticas con las que el hablante quiere dar a entender que ha dicho lo que quería decir y no tiene más que añadir, que el asunto está zanjado, que se ha tomado una decisión y ya no hay vuelta de hoja.
De entre ellas, las hay que, por no faltar a la cortesía, no le cierran la puerta al interlocutor, pero son las menos. La mayoría, por el contrario, comunican a lo que se ha dicho un notorio acento de seguridad y firmeza incontrovertible, de aplomo y confianza en uno mismo, de convencimiento y determinación, como si de una inflexible sentencia se tratara, realzado naturalmente por una entonación recia y concluyente que no admite réplica. Y no son pocas –basta con ir oído alerta un rato por la calle– las que se sazonan al pronunciarlas con una pizca de bravuconería y desafío, con ese tonillo del que se envalentona o apercibe.
Pondré algunos ejemplos:
–¡Y basta!
–¡Y eso es todo!
–¡Y para de contar!
–¡Y ya está!
–¡Y nada más!
–¡Y no hay más que hablar!
–¡Y no se hable más!
–¡Ni una palabra más!
–¡Y se acabó!
–¡Y sanseacabó!
–¡Y listo!
–¡Y si no, puerta!
–¡Conque ya lo sabes!
–¡He dicho!
–¡Y andando!
–¡Y a otra cosa!
–¡Y no le des más vueltas!
–¡Y olvídate!
–¡Y no me vengas con más historias!
–¡Y a vivir!
–¡Y aquí paz y después gloria!
–¡Y aquí no ha pasado nada!
–¡Y no hay tu tía!
–¡Y tan amigos!
–¡Y asunto concluido!
–¡Y adiós!
–¡Y adiós muy buenas!
–¡Y vaya usted con Dios!
–¡Y santas pascuas!
–¡Y que digan misa!
–¡Y que diga lo que quiera!
–¡Y que se ponga como se ponga!
–¡Y a otra cosa, mariposa!
–¡Y punto en boca!
–¡Y punto! (con la variante cursilinda: ¡y punto pelota!).

No hay comentarios:

Publicar un comentario