Seguidores

miércoles, 27 de julio de 2016

Gradaciones

Me entretuve ayer un rato hilvanando una serie de gradaciones, a las que recurrimos continuamente aunque no nos demos cuenta y que las tenemos siempre en la cabeza cuando queremos matizar el grado de intensidad de alguna cosa, un sentimiento, una acción, una vivencia, un hecho, una realidad...
Enumero unas cuantas a título de ejemplo, empezando por las que ordenan la intensidad de más a menos (gradación descendente):
Un cuerpo candente, ardiente, caliente, templado, tibio, natural, fresco, frío.
Una persona histérica, excitada, nerviosa, intranquila (o eufórica, feliz, alegre, animada).
Una jarra rebosante, llena, mediada, vacía.
Un hecho verídico, real, seguro, probable, posible, incierto, dudoso.
Un dato esencial (o fundamental), básico, principal, importante, accesorio (o secundario), anecdótico, trivial, insignificante.
Y ahora al revés, de menos a más (gradación ascendente):
Un ser u organismo microscópico, ínfimo, diminuto (o minúsculo), pequeño, mediano, grande, enorme, gigantesco, descomunal.
Un lugar cercano (o próximo), distante, lejano, remoto.
Un hombre malhumorado, enfadado, cabreado, indignado (o irritado, enojado, encolerizado, furioso).
Y estas dos, con gradación silábica incluida: precioso, espléndido, maravilloso; querer (o amar), adorar, idolatrar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario