Los
Reyes, de tanto subir cuestas, llegaban ya exhaustos al pueblo, que está allá escondido entre unas montañas, y, por estas fechas, con los caminos medio borrados por la nieve.
Carta a los Reyes Magos
Reyes
Magos de Oriente:
cargad
los dromedarios,
que
me he portado bien,
y
apuntad los regalos
que
enseguida os diré:
pinturas
de Alpino como otros años,
la
caja de doce si la tenéis,
una
corneta que toque bien alto
y
un aro que no se tuerza al correr.
Os
pondré los zapatos,
echad
en ellos las cosas de siempre:
dos
naranjas por lo menos y un plátano,
caramelos
de palo,
chocolatinas,
pastillas de miel...
Esta
carta os la mando
por
el correo exprés
de
mañana temprano,
que
será el día treinta de diciembre,
penúltimo
del año,
de
mil novecientos cincuenta y nueve.
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