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miércoles, 10 de febrero de 2016

Curiosidades de la lengua

Como es sabido, el sufijo -illo, -illa tiene valor diminutivo y expresa pequeñez (arbolillo, bolsillo, camilla, cucharilla) o afecto (guapillo, dinerillo, chiquilla, mentirosilla).
Pero no siempre, pues en muchas ocasiones el significado de la nueva palabra así formada ha ido evolucionando de tal modo que finalmente poco o nada tiene que ver con el original. Por ejemplo, cabecilla no designa una cabeza pequeña sino una 'persona que está a la cabeza de un grupo rebelde o contrario a la ley'; comidilla no hace referencia a una comida pequeña sino a un 'tema que es objeto de comentario o murmuración'; manzanilla no es una manzana pequeña sino una 'hierba de flores olorosas que se utiliza como infusión'.
Hay muchas más, y de uso bien frecuente: bocadillo, bombilla, calderilla, cepillo, coletilla (con el sentido de 'añadido breve al final de lo dicho o escrito'), colilla, estribillo, gatillo ('pieza que se aprieta con el dedo para disparar un arma de fuego'), infiernillo ('aparato pequeño para calentar agua o cocinar'), maletilla ('joven que, sin medios ni ayudas, aspira a ser torero'), pardillo ('rústico, ignorante, incauto'), pasillo, perilla ('porción de pelo que se deja crecer en la punta de la barbilla'), plantilla (con el sentido de 'relación de trabajadores fijos de una empresa u organismo', o también 'conjunto de los jugadores de un equipo deportivo').
Otras conservan vagamente el significado, bien por un cierto parecido, bien por usarse en sentido metafórico: horquilla ('pieza empleada para sujetar el pelo'), muletilla ('palabra o frase que se repite mucho', como si el hablante se apoyara en ella cuando no sabe qué decir o para salir del apuro), patilla ('porción de pelo que crece a ambos lados de la cara por delante de las orejas'), pesadilla ('sueño angustioso', 'preocupación grande y continua')...

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