El
diccionario está lleno de ingeniosas y muy expresivas exageraciones (lo que las
filólogas y los filólogos llaman hipérboles). Todas son preciosas, por lo que
se agradece siempre encontrarse con alguna de ellas en cualquier paseo que se
dé por sus páginas Con estas, por ejemplo, que hacen alusión a distintas partes
del cuerpo humano:
perder la cabeza,
hablar por los codos, comerse a alguien con los ojos, subírsele a uno
los humos a la cabeza, costar un ojo de la cara, caérsele a uno el alma a los pies, tener algo (una
palabra, un recuerdo…) en la punta de la
lengua, hablar con el corazón en la mano, entrar algo por los ojos, hacérsele a uno
la boca agua, quedarse con un palmo de narices, hacer de tripas corazón,
hinchársele a uno las narices, echar
sapos y culebras por la boca, poner la mano en el fuego por alguien, darse con
un canto en los dientes, tirar de la lengua, no tener pelos en la lengua,
ponérsele a alguien una cosa en las
narices, andar con cien ojos, costar un riñón o un ojo de la cara, liarse la manta a la cabeza, quedarse o dejar a alguien con un palmo de narices, tener algo entre ceja y ceja, ser uña y carne, subirse a las barbas de otro, dormir con los ojos abiertos...
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