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lunes, 13 de junio de 2016

Efemérides literarias

Leopoldo Alas, más conocido por el seudónimo de Clarín, nació el 25 de abril de 1852 en Zamora, ciudad en la que su padre, asturiano, era gobernador. En 1859 se trasladó toda la familia a Oviedo, y desde entonces su vida estuvo siempre ligada a la capital asturiana. Estudió Derecho y ya desde joven empezó a colaborar en periódicos y revistas con el seudónimo que le haría famoso. Desde 1883 fue catedrático de Derecho de la Universidad de Oviedo, profesión que alternó con una intensa actividad literaria hasta su muerte, ocurrida en Oviedo el 13 de junio de 1901.
Ideológica y políticamente, Clarín fue un liberal republicano, defensor de la libertad de pensamiento y de conciencia y enemigo del fanatismo y del tradicionalismo reaccionario. Le preocuparon también los problemas sociales y se mostró asimismo como un escritor moralista, defensor de la justicia y la verdad.
Aparte de sus artículos en la prensa, recogidos en libros como Solos de Clarín (1881) y Palique (1894), escribió varios libros de cuentos y novelas cortas, como Pipá (1886) y Doña Berta (1892), y dos novelas: La Regenta (1884) y Su único hijo (1891).
La Regenta, que no tuvo demasiado éxito en su momento debido quizá al escándalo causado por sus críticas anticlericales, es considerada hoy como una de las mejores novelas de la literatura española. 
El tema central no es solo el drama de la insatisfacción de la protagonista, sino el retrato moral y social de una ciudad provinciana y aburrida (Vetusta-Oviedo) y, por extensión, de la España de la época de la Restauración: la hipocresía, la falsa religiosidad, los convencionalismos sociales, el poder de la Iglesia, la corrupción del clero y de la aristocracia decadente, la ineptitud de los partidos políticos, la inmoralidad son algunos de los aspectos denunciados por Clarín.
El argumento, en síntesis, es como sigue: en Vetusta (Oviedo en la realidad) vive Ana Ozores, casada con don Víctor Quintanar, ex-regente de la ciudad (de ahí el sobrenombre de La Regenta). Ana, mucho más joven que su marido hacia el que siente agradecimiento y amistad más que otra cosa, vive entre la soledad y el hastío. Su temperamento soñador y sus inclinaciones místicas la llevan a entregarse espiritualmente a su confesor, don Fermín de Pas, el ambicioso magistral de la Catedral. Por otra parte, la frustración por no haber tenido un hijo y el ambiente cerrado, superficial y provinciano de Vetusta la empujan hacia don Álvaro Mesía, un aristócrata liberal, el donjuán de la ciudad. Entre los dos se entabla una sorda lucha por el dominio de la protagonista, con un final desolador: el marido, don Víctor Quintanar, muere en un duelo con Álvaro Mesía, que escapa de la ciudad, y Ana Ozores es abandonada por todos, incluso por el magistral, al que acude en busca de confesión.
Ana, prototipo de la mujer sensible y soñadora en un mundo mediocre y hostil, como la Madame Bovary de Flaubert, con la que tantas veces se ha comparado, sucumbe así ante la presión ambiental y, en lo que constituye un claro rasgo naturalista, la atmósfera social opresiva de Vetusta acaba por asfixiar su carácter sensible. Por esta razón se ha considerado a La Regenta como el modelo español de la novela "del romanticismo de la desilusión".

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