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lunes, 11 de enero de 2016

Exámenes

Todos los profesores disponemos de nuestra particular colección de hallazgos en materia de definiciones sorprendentes o respuestas originales. La mayoría procede, claro está, de los exámenes escritos, en los que los alumnos, urgidos por la prisa o acuciados por la necesidad de una buena nota, prefieren siempre escribir algo a dejar el papel en blanco: una pregunta sin responder es casi un estigma en los corrillos que se forman a la salida, y carga difícil de sobrellevar para el cálculo anticipado de la nota.
Quizá por ello todos los profesores hemos leído alguna vez respuestas que nos hemos apresurado a subrayar, pero no tanto por lo desatinadas, sino por lo ingenuas, ocurrentes y originales; respuestas equivocadas, sí, pero ingeniosas e imaginativas, y que, por lo mismo, no merecerían la reprobación académica sino el reconocimiento a la inventiva y la originalidad (y a veces pasaba eso, que pesaba tener que poner una mala nota, o rebajar la puntuación, por una contestación que, entre tanta repetición memorística, le arrancaba a uno una sonrisa y le despertaba el buen humor).
Ya conté aquí en este blog un par de ellas, memorables ambas por la gracia y chispa que encierran: la de que Cervantes inventó el vermut, y la de que San Gregorio es palabra derivada de sangre.
Añado hoy otras cinco de mi cosecha, todas, pueden creerme -lástima que no conserve las pruebas-, absolutamente verídicas:
1 Monólogo es un mono que habla solo (les había explicado el significado del prefijo mono-, pero se conoce que no me entendió bien).
2 La Celestina fue escrita por Fernando de Rojas, que era un judío convexo (quiso decir converso, pero se confundió de término).
3 El Lazarillo de Tomes fue un niño muy pobre que nació en un río y no tenía padre.
4 La Regenta es una novela muy larga, de unas 800.000 páginas (la edición que yo les había llevado a clase tenía unas ochocientas).
5 Franco era un señor que quemaba herejes.
Y esta otra, propiedad del departamento de Historia, que circulaba por el instituto como una leyenda: Lutero fue un escritor del siglo XV que escribió un libro que se llamaba Lutero y yo, que es la historia de un hombre que tenía un burro y andaban por ahí los dos...
Nostalgias todas, al fin y al cabo, de la vida fresca en las aulas, hoy que se reanudan las clases y se remueven allá en el poso del tiempo los viejos añorados quehaceres...

1 comentario:

  1. Al mosto se le añadía la madre para hacer el vino, y ese poso del que escribes está en lo que fueron tus alumnos.

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