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viernes, 27 de mayo de 2016

Novelas

Por qué será que, siendo como es un género relativamente moderno, de hace cinco o seis siglos nada más (los clásicos no la conocieron, y únicamente en Roma despuntaron dos intentos: El asno de oro, de Apuleyo, y El Satiricón, de Petronio), hay ya tantas clases de novelas:
gótica, de caballerías, sentimental, morisca, picaresca, pastoril, bizantina, romántica, realista, naturalista, victoriana, modernista, social, socialrrealista, neorrealista, católica, decimonónica, existencialista, filosófica, experimental, objetivista (o del nouveau roman), estructural, psicológica, lírica, intelectual, histórica, cortesana, galante (o erótica), autobiográfica, epistolar, criolla, indigenista, rosa, negra, policiaca, detectivesca, fantástica, rural, urbana, corta, breve, larga, de aventuras, de viaje, del mar, de amor, de tesis, de costumbres, de humor, de intriga y suspense, de espionaje, de terror, de  posguerra, del boom, del realismo mágico, de lo real maravilloso, de la selva, de la revolución (rusa y mexicana), del realismo socialista, del realismo sucio, novela-río, novela-documento...
Por qué será que, sabiendo de antemano el lector que la novela es ficción, y que por consiguiente lo que en ella se cuenta no es real sino inventado, o dicho de otra manera, que no dice verdades sino mentiras –un engaño consentido–, y que es artificio lo que parece natural..., por qué será que a pesar de todo hay tantísima gente a la que todo eso le da igual, o incluso lo agradece...
Por qué será que a todos nos gustaría llevar una vida de novela...

1 comentario:

  1. Podría ser que, el pasado haya sido imperfecto, el presente lo es, y el futuro lo has escrito tú.

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