Seguidores

lunes, 19 de septiembre de 2016

Cosecha hortense

Le llevan a uno al huerto y le puede allí pasar de todo: que se meta en un berenjenal, que le manden a freír espárragos, que se ponga colorado como un tomate, que le den calabazas o que, más fresco que una lechuga y considerando que en todas partes cuecen habas  –aunque estas sean contadas–, le importe todo un pimiento, o un rábano, o un pepino... Y por supuesto, la patata caliente para el que venga detrás.
En la huerta, más amena y prestigiada, solo de uvas a peras acontece algo digno de mención: dar con la manzana de la discordia por ejemplo –que según dicen es del año de la pera–, o que le ofrezcan a uno naranjas de la China, o caerse del guindo, o que se presente la ocasión de pedirle peras a ese olmo que asoma ahí mismo sus ramas en los límites de la propiedad, a la orilla del monte en que no todo es orégano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario