Ahora
que empieza un nuevo curso, no sería mala idea, se me ocurrió ayer por la tarde
que se me podía haber ocurrido antes, cuando aún dedicaba las tardes de los
domingos a preparar un poco las clases de la semana, proponer a los alumnos que
buscaran y anotaran parejas de personajes literarios, bien porque aparecen ya
anunciados como tales en el título de la obra (Rinconete y Cortadillo, Fortunata
y Jacinta, Bouvard y Pécuchet...), bien porque, unidos por la amistad, comparten
protagonismo y aventuras, como don Quijote y Sancho, Sherlock Holmes y el
doctor Watson..., o bien porque son rivales y antagonistas, como Héctor y
Aquiles. Naturalmente, podrían formar parte también de la lista los personajes
bíblicos: Caín y Abel (y la quijada de asno), Esaú y Jacob (y el plato de
lentejas), David y Goliat (y la honda)...
A
los que podrían añadirse, y esa sería una segunda parte del ejercicio, parejas
de amantes, siempre pertenecientes al ámbito literario, o sea de ficción: Sansón
y Dalila, Orfeo y Eurídice, Helena y Paris, Penélope y Ulises u Odiseo, Dido y
Eneas, Lancelot y Ginebra, Tristán e Isolda, Eloísa y Abelardo, Calisto y
Melibea, Romeo y Julieta, Otelo y Desdémona, don Juan y doña Inés, Werther y
Carlota, Lolita y Humbert Humbert... (y don Quijote y Dulcinea, claro).
Pero
a buen seguro que cualquier alumno un poco aplicado será capaz de ampliar la
relación y proporcionar unos cuantos ejemplos más.
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