Un servidor,
cuando va viajando por ahí, se fija en todos los nombres de los pueblos por los
que pasa o de los que quedan a trasmano pero se anuncian en los cruces de las
carreteras, y los va apuntando en la memoria para luego, en un rato de sosiego,
anotarlos en una libreta o, desde que ha aprendido a manejar artilugios, en lo
que tenga más a mano, el móvil o lo que sea.
De todos los
así registrados, ofrezco ahora una selección:
La Almunia de
doña Godina (Zaragoza)
La Iglesuela
del Cid (Teruel)
Madrigal de
las Altas Torres (Ávila)
Rodrigatos de
la Obispalía (León).
Pero, a pesar
del nombre alto y sonoro que lucen los mencionados, mi preferido -y no porque
esté en mi tierra, la Montaña de Riaño, tocando a los Picos de Europa- es este:
Los Espejos de la Reina.
Claro que
también hay otros que no se quedan atrás en idéntica sonoridad y relumbre.
Apuntaré algunos, y por estricto orden alfabético:
Aldehuela del
Rincón (Soria)
Aljibe de los
Juncos (Murcia)
Calzadilla de
los Hermanillos (León)
Arroyo de la
Luz (Cáceres)
Melgar de Fernamental
(Burgos)
Villalibre de
la Jurisdicción (León).
Aunque seguro
que hay alguno más que se queda en el tintero.
Por ejemplo estos tres que, viajando no hace mucho por la provincia de
Cuenca, anoté en un corto espacio: Pino Ramudo (un paraje), Rabo de
la Sartén (un túnel) y río Moscas (también en León hay un pueblo que pregona el nombre de ese insecto: Moscas del Páramo).
Y termino con
un puñado de topónimos de mi pueblo que tienen su miga: Fuente Rodriga, Peña
Vedada, Grandalumbrezo, Campo la Moza, Las Majadicas, Cuetos Menudos, Pico de
las Palabras… Ah, y el río Mocoso, que se me olvidaba.
Buena muestra, en el Pico de las palabras se podrá hablar alto. En la Puebla de Montalbán me llamó la atención la calle: "Teme a Dios". Seguro que a la calle no le ha gustado el nombre que le pusieron.
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