
Y
a la pluma, amiga de las paradojas por lo que se ve –le gustaba, por ejemplo, “hablar
de las ovaciones discretas, de las exaltaciones tranquilas y de los aplausos
silenciosos”–, del tal Ramón de Udala, propenso igualmente al estilo
grandilocuente y barroco, atribuye la redacción de algunas sabrosas noticias.
Reproduzco
únicamente cuatro de ellas, ninguna de las cuales –¡otra vez los tópicos!–
tiene desperdicio.
En
la primera, da cumplida cuenta del comportamiento meteorológico:
“El
tiempo, durante el pasado mes de marzo, ha sido verdaderamente delicioso y
primaveral, si se exceptúan algunas semanas de nieve, borrasca y granizo, que
nos han impedido salir de casa, y de algunas nieblas secas que han humedecido
demasiado los campos”.
La
segunda debió de aparecer en la sección de necrológicas:
“Nuestro
querido amigo el veterano deportista Eusebio Salsamendi (Eushebio), que siempre se distinguió por su brío y su salud de
hierro, ha muerto prematuramente a la edad de setenta y nueve años de una
afección crónica”.
La
tercera ocupó sin duda la página reservada a las notas de sociedad:
“Se
ha verificado el enlace matrimonial de la bella señorita María Peruchena, hija
del posadero Antón, del mismo apellido, con el joven don Nicasio Zacarrondo,
empleado en el matadero de cerdos. La aristocrática pareja salió para San
Sebastián, donde pasarán la luna de miel”.
Y
la cuarta, que trata de alta política, bien pudo servir de encabezamiento a
cualquier sesudo editorial:
“Sería
deseable que la política que desune al pueblo desapareciera y que todos se
afiliaran a las sanas tendencias del partido conservador, necesarias para la
prosperidad del país”.
Como añadido a la sección de necrológicas en una ocasión oí a un tipo: murió joven pero a una edad avanzada.
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