Frente
al culto y algo pedante ‘el libre albedrío’, que suena tan pedregoso, el
equivalente popular ‘la real gana’, recio y contundente como un martillazo.
De
vena añeja y finísima chispa, prendida en el corro de alguna lumbre o
escanciada con jarro de vino agrio en cualquier taberna, lo de ‘gente gorda’,
acaso porque era eso lo que más les envidiaban a los ricos y poderosos aquellos
que bastante tenían con procurarse el pan de cada día, y con ello se
conformaban; y lo mismo vale para ‘pez gordo’.
También,
la gracia y el sabor de buena cepa de esta otra expresión, ‘gente menuda’, para
designar a la chiquillería.
Claro
que luego está la influencia de la televisión:
“Para
mañana han dado tiempo inestable y descenso generalizado de temperaturas”, se
oye decir a personas que han vivido toda su vida en el campo, donde el tiempo
hasta ahora siempre ha sido bueno o malo y las temperaturas subían o bajaban,
sin más.
Que
viene a ser lo mismo que decir “Han coronado la cima de la montaña” en lugar de
como se ha venido diciendo toda la vida: “Han subido al pico de la montaña”.
El pico por ser una punta no tiene espacio para que un alpinista pueda hacerse un selfie y por eso necesita una cima.
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